Javier Isaac Medina Nuñez
Javier Isaac Medina Núñez nació en Tijuana, Baja California, el 3 de junio de 1944.
A los 10 años supo que quería dedicarse a la música. Por entonces, y gracias a la cercanía con los Estados Unidos, escuchó la música de John Lee Hooker, Muddy Waters, B.B King y Jymmy Reed, empapándose de blues estadounidense
Primero aprendió a tocar la guitarra y el piano. Después, a unos compañeros de la escuela (actualmente es la Casa de la Cultura Tijuana), todos ellos rondando los 14 años de edad, les enseño a tocar diferentes instrumentos. Es así como en 1957 nacieron Los TJ´s, comandados por Javier Bátiz. Comenzaron a tocar en fiestas y tardeadeas, pero conforme fueron creciendo, se incorporaron a los centros nocturnos de la avenida Revolución, donde tocaba covers en inglés para un público mixto de mexicanos y estadounidenses. Las escuelas de la vida fue la que los hizo tocar cada vez mejor y tener un gran nivel musical.
En una de esas presentaciones del parque Teniente Guerrero, de Tijuana, llegó una señora con su hijo, preguntándole a Javier si podía ser su maestro de guitarra. Ese chico era Carlos Santana, quien incluso llegó a tocar el bajo con Los Tj´s. antes de migrar con su familia a San Francisco y convertirse en uno de los guitarristas más reconocidos del mundo.
Los escuchó el señor Vallejo, encargado de buscar talentos para la Caravana Corona y gracias a esto, Los TJ´s fueron invitados a tocar en diferentes partes del país.
El grupo dejó registro grabado de esa etapa en los sencillos de 45 RPM “Noches tristes” / “Nocturnal”, de 1959, y “El twist despacio” / “Mashed Potatoes”, de 1960.
En cierto viaje a Tijuana, Los Rebeldes del Rock estucharon a Javier en El Convoy, y quedaron impresionados con su ejecución y presencia. Así que cuando Johnny Laboriel dejó a Los Rebeldes, inmediatamente pensaron en él para sustuirlo. En 1963 Javier viajó a la Ciudad de México por invitación de Los Rebeldes. Sin embargo, no se dio la química necesaria.
Los Rebeldes del Rock representaban esa primera generación que había puesto de moda en México el rock and roll, un grupo con poca capacidad para desmarcarse del control férreo de las discográficas y, además, desfasados en el tiempo con respecto a los rocanroles originales de Estados Unidos. Por otro lado, Javier se encontraba actualizado en cuanto a las novedades y cambios que surgían en la contracultura anglosajona, y estaba más empapado del espíritu negro de esta música manifestada en el rock, soul y rhythm and blues. Ni los Rebeldes estaban listos para los nuevos géneros, ni Javier estaba dispuesto a tocar rock and roll en español. Es conocida su afirmación de que cantar en español, lo hacía sentir como Tin Tan.
El hecho fue que, al no quedarse en los Rebeldes del Rock, decidió permanecer en la capital del país, integrándose al circuito de los cafés cantantes de la ciudad de país, integrándose al circuito de los cafés cantantes de la ciudad y creando una nueva banda, Javier Bátiz and the Famous Finks. Lo acompañaron ángel Miranda en la batería, Ramón Rodríguez en el bajo y Héctor el Martínez en el órgano. Su aparición en la escena del centro del país sería determinante para los cambios que a partir de entonces se desarrollaron el rock mexicano.
Javier se anticipó varios años a lo que se llamaría la Onda Chicana. Se le conoció como el Brujo por su forma de tocar la guitarra y de cantar con voz rasposa, generando dimes y diretes entre la sociedad conservadora de entonces. Entre sus nuevos seguidores se encontraban pandillas como Los Nazis, un grupo de motociclistas de la colonia Portales. Digamos que Javier no sólo llegó a la Ciudad de México a mostrar nuevas formas de tocar, sino también una nueva actitud de rebeldía.
Ese 1963 grabó para Discos Peerless el disco Javier Bátiz and Famous Finks , que contiene temas como “Memphis”, “California Sun”, “Little Coffie Shop”, “Please Please Please”, “Wlking The Dog” y “Money”, entre otros.
En los siguientes años, Javier no dejó de tener presencia en su natal Tijuana, esencial para alimentarse de la música que iba surgiendo de otro lado de la frontera. En la capital le tocó vivir la extinción de los cafés cantantes, pero, aun así, se integró fácilmente a los centros nocturnos como el Terraza Casino, donde hacía exitosas temporadas. Para 1968 ya era una de las figuras más famosas del espectáculo mexicano. Afuera de los lugares donde se presentaba, se aglomeraban artistas, políticos, intelectuales, científicos, guaruras, golfos y snobs.
Incluso, cuenta Bátiz, que en una ocasión lo fue a ver el mismísimo Jim Morrison, en aquella accidentada visitada que The Doors hizo a México.
Ese mismo año, caracterizado por tensiones políticos muy fuertes entre los jóvenes y el gobierno mexicano, lanzó el disco Bátiz and Hair, editado por Discos Orfeón. Contiene los temas “Aquiarius / Let the sunshine In ”, “Hard Life”, “Kansas City”, “Blue Monday”, “Lucila y “Bye Bye Baby”, entre otros. Lo acompañaron Ramón Rodríguez, Esteban García Jorge Loan en e lBajo, Norbeto Duarte en la guitarra, el grupo Los Shakes y su hermana Baby Bátiz en la voz y, los coros.
En 1969 se presentó ante 18 mil personas en la Alameda Central, contratado por el Departamento del Distrito Federal. Eran tiempos de éxito y abundancia. Llegó a tener ocho autos del año y la fiesta no faltaba.
A mediados de ese año Javier viajó a Los Ángeles para visitar a su amigo Fito de la Parra, quien era baterista de Canned Heat. Armaron usa sesión de grabación de ID Studios, en Hollywood, en el cual participaron los bajistas Olaf de la Barreda y Larry Tylor. Acompañados de una sección de metales con arreglos de Miles Grayson, grabaron los temas “Hard Life”, “Charlena”, “Sea of Love”, “Hey Girl”, “Lucille”, “The Right Time” y “Come Back Home”, entre otros. Aunque la pretensión era la de mezclarlo y editarlo en México, no sucedió, quedando en latadas las grabaciones por 34 años hasta que Fito de la Parra se encargó de mandarlas mezclar y salieron al mercado editadas por Canned Heat / CROO en 2003, con el nombre de Jabier Bátiz: The USA Sessions.
Mientras tanto, en México salió el disco Coming Home editado por Atom/Stars, con temas como “Try It One Time, “Christine”, “It,s Done and Gone , ”Why Do You To Me”, “I Won´t Ever”, “Down Broken Hearted”, “I´m Not The One” y “Coming Home”, entre otras.
A partir de ese momento sacó un par de discos muy difíciles de adquirir en la actualidad. Para 1970 editó Rockin´With The King y en 1971 Love You Girl, también con Atom/Star.
Ese año, mientras buena parte de las bandas, principalmente consideradas de la Onca Chicana, componían material propio en inglés, Javier decidió dar un giro con respecto a s u propia propuesta y grabó temas propios en español. Lanzó así con la discográfica Son-Art. Los discos Si tú te acuerdas de mí y Pacífico jardín.
Un tiempo antes del Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, los organizadores buscaron a Javier para que participaron junto a La Revolución de Emiliano Zapata en lo que, por el momento, sólo sería una fiesta mexicana previa a una carrera de autos. Armando Molina, el programador de dicho evento, cuenta que Javier no quiso tocar sino le pagaban todo el presupuesto destinado para los dos grupos. Ante su negativa, contrataron otras bandas y el evento se transformó en un festival. Fue tal la convocatoria, que los organizadores se vieron rebasados. Javier Bátiz, prediciendo la relevancia que el concierto iba a tener, decidió acudir en el último momento. Salió de la presentación que esa noche tuvo en el Terraza Casino y se dirigió a Avándaro, pero no pudo llegar por la gente que llegaba desde todas partes y bloqueaba las carreteras.
Al contexto de tensión política a partir de las protestas juveniles, le siguió una cadena de acontecimientos que el gobierno aprovechó para dar un golpe certero a las congregaciones juveniles. Se estigmatizó al rock como algo pernicioso y a partir de ese momento, con el apoyo de los medios masivos de comunicación, se prohibió el rock durante prácticamente tres lustros. En consecuencia, las discográficas dejaron de grabar y los foros dejaron de contratar a los roqueros orillándolos a tocar en hoyos fonquis, en condiciones paupérrimas.
En 1973 Javier logró lanzar Bátiz y su onda con Discos Orfeón, con covers en inglés. Lo acompañaron Jorge Loan en el bajo, Juan Santos en la batería, Macaria y Baby Bátiz en las voces, Leonardo López en los teclados y Héctor el Martínez en la guitarra.
Javier siguió tocando en diversas plazas del país e integrándose a los hoyos fonquis, ubicados en las crecientes periferias de las grandes ciudades. Su público ahora estaba conformado por jóvenes de los estratos socioeconómicos más bajos. Hubo frecuentes abusos de los empresarios que se sabían con esa capacidad, en un ambiente de prohibición y racias.
En 1978 grabó, también para Orfeón, Ella fue, un disco en el que combinó temas de rock latino en inglés y en español. Lo acompañaron Jorge García Castil en el bajo, Baby Batiz en la voz y los coros, y como invitado especial, Johnny Laboriel.
En 1983 tocó el turno al disco Esta Vez, editado por Discos Fotón, conteniendo temas en inglés. Lo acompañaron Jorge Rossel en el bajo, Claude Charriere en la guitarra, Oscar Ceseña en la batería, Jorge Luke en las ocngas y en los coros, Baby Bátiz, Diana Bátiz y Rosalba.
En 1985 sacó Radiocomplacencias, también con Discos Fotón. En este disco tocaron Jorge Rossel en el bajo, Claude Charriere y Miguel el Moreno en la guitarra, Oscar Ceseña en la Batería, Juan Solórzano en las congas y en los coros Baby Bátiz, Norma Valdéz y Marilú Bano. Contó también con la participación especial de Rockdrigo González en la guitarra y armónica.
Llegaban nuevos tiempos de apertura por parte de los medios y las discográficas hacia el rock. Los años de prohibición se disolvían y los conciertos volvían a los antros y grandes escenarios. Estaban por comenzar la campaña Rock en tu Idioma.
En 1989 Javier hizo algo curioso, ya que sacó con la discográfica RH, un nuevo disco con temas en español al que llamó Esta Vez, como su disco de 1983, pero siendo otro en realidad. La mayoría de los temas son de su autoría. Aquí lo acompañaron Rafael Miranda en el bajo, en los coros Baby Bátiz, Diana Bátiz y óscar Ceseña, y por último Alejandro Vázquez en la batería, percusión, metales y coros.
Para 1994, decidió regrabar con Discos Denver el disco Si tú te acuerdas de mí, que ya había salido en 1971 con Son-Art. Participaron Alberto Bátiz el en el bajo, Arturio Castro en la batería, Salvador Ramírez en las congas, Nacho Pérez Meza y Alberto Flores en el piano. Para hacer voces coros participaron Baby Bátiz, Claudia Madrid, Claudia González, Norma Valdez, Nando Estevané, Paty Tanús, Mayuta Campos, Jorge García, Alejandro Alguín, Érika Sánchez, Alberto Flores, Vanessa, Toñita Morales y Jorge Belmont.
A partir de Si tú te acuerdas de mí comenzó una etapa muy productiva con Discos Denver. En 1996 sacó el disco Me gusta el rock, con una mezcla de temas ya grabados por él, pero en nuevas versiones y junto a nuevas canciones. En esta producción lo acompañaron Rafael Miranda en el bajo, Alejandro Vázquez en la batería y sus hermanas Baby y Diana Bátiz junto a Óscar Ceseña en los coros.
Para 1997 grabó el que se convertiría en uno de los temas más importantes de su carrera, mismo que le dio nombre al disco La casa del sol naciente. En éste lo acompañaron Jesús Corona en la guitarra, Eloín Corona en la batería, Aarón Cruz en el bajo y contrabajo, Baby Bátiz en los coros, Antonio el “Negro” Peregrino en los bongoes y Pedro G. Barragán en el sax.
En 1998 editó Tierra de nadie. Lo acompañaron José Luis Cordero en la armónica, así como Claudia Madrid en la batería. La canción “Flor de Hiel” es de la autoría de Fernando Cianguerotti.
Recibió al siglo XXI con el disco Metromental, producida por Tony y Beto Méndez. Colaboraron Alex Lora, Lalo Toral, Guillermo Briseño, Nando Estevané, Fernando Vahux, entre otros.
Ese año, también participó en el disco Boogie 2000, de Canned Heat, tocando la guitarra en el tema “The World Of Make Belive”, que sonó fuerte en Europa. Por lo mismo se presentó con ellos en diversos escenarios de Italia.
Para el 2001, se develó un busto en el Museo de Cera de Tijuana. Ese fue un año de mucho trabajo y homenajes. También lanzó, con Discos Orfeón, El rock de los años 60´s con temas grabados para esta discográficos al final de los años sesenta, pero sin haberse editado hasta ese momento.
El 2002 fue un año prolífico para Javier, ya que sacó los volúmenes 1 y 2 del a serie El baúl del brujo, donde regrabó viejos temas de su discografía. Participaron Jorge Alarcón y Hugo Sánchez en el bajo, Felipe Chacón y Beto Grado en la batería, Rodrigo Levario, en la guitarra, Salvador Ramírez en la percusión, Victor Cmacho en la armónica, Baby Bátiz, Paty Tanúz, Claudia Madrid y Maggie Vera en los coros, destacando la participación del guitarrista Felipe Souza.
También ese año dio un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, el cual quedó registrado en los discos En vivo desde el Zócalo Vol 1 y 2. Lo acompañaron en este concierto Aarón Cruz en el bajo, Salvador Ramírez en la percusión, Felipe Chacón en la batería y Baby Bátiz con Claudia Madrid en las voces y coros.
Tras el éxito de los volúmenes 1 y 2 de la serie El baúl del brujo, en 2003 salieron los volúmenes 3 y 4. Lo acompañaron en este Jorge Alarcón en el bajo, Felipe Chacón en la batería Rod Levario en la guitarra, Salvador Ramírez en la percusión y Baby Bátiz, Paty Tanúz, Claudia Madrid y Maggie Vera en los coros.
Ese año también salió el disco Javier Bátiz: The Usa Sessions. Para el año 2004, salieron los volúmenes 5 y 6 de El baúl del brujo. Esta vez con la participación del ingeniero de sonido Mareció Mazzetti. Ese año se realizó la gira mexicanos al grito de rock por toda la república.
El 2006 creó la Escuela de Guitarra, donde hasta hoy, transmite su técnica personal para a las nuevas generaciones, misma que décadas atrás usó para enseñar a Carlos Santana. Ese año salió la recopilación 16 Éxitos de Javier Bátiz, editada por Discos Denver.
En 2007 sacó la serie Alas Sesiones 1,2 y 3 y con Denver para festejar sus 50 años de Carrera.
Al siguiente año salió el disco El brujo desde USA, que es una reedición del disco Javier Bátiz de USA Sessions del 2003. Se lanzó a la par de la presentación en Estados Unidos del documental de Fito de la Parra, Rock hecho en México.
El 6 de julio del 2011 en el CECUT de Tijuana, Javier se presentó en el concierto La OBC+ los clásicos de Javier Bátiz con arreglos de Andrés Martín, un recital con orquestación clásica y la guitarra eléctrica de Javier.
Sus presentaciones han sido continuas desde sus inicios y han abarcado prácticamente todos los escenarios importantes de país. Durante abril del 2014 se presentó en el Teatro Blanquita junto a Tex Tex, Baby Bátiz y Danz.k, entre otros.
En 2015 grabó el disco El laberinto del brujo, bajo la producción artística de Guillermo Sánchez Guzmán, con prácticamente todos los temas de la autoría de Javier. Su primer sencillo fue el tema “La Flor de Sans Souci”, inspirado en Flor, una bailarina que protegió a Javier Bátiz y Carlos Santana cuando sólo eran unos adolescentes queriendo tocar en los bares de Tijuana
Ante la continua referencia que se hace de su nexo con Carlos Santana, y que incluso el mismo Javier fomente, en ocasiones opaca la gran importancia de su trayectoria en el rock mexicano. Mientras uno salió del país para proyectarse mundialmente, el otro optó por quedarse. Javier brilla con luz propia y es algo que México le ha reconocido con el tiempo.
El día 14 de julio de ese año, se desveló la Rampa Javier Bátiz en la ciudad de Tijuana; antes conocida como la Rampa Altamira, a unos pasos de la casa familiar y donde vive en la actualidad. Esa tarde, se casó con Claudia Madrid, su compañera de 24 años, con quien procreó a sus hijos y quien también es su actual baterista y representante. Lo hizo frente a la escalinata de la Casa de la Cultura Tijuana, donde estaba su colegio de la infancia y donde tocó por vez primera ante el público, 58 años atrás. En la ceremonia, cantó su hermana Baby Bátiz.
Fuente: “60 años de rock mexicano” – González, Rafael
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