Serafin Espinal Espinal

  • Rafa Martínez

En la ciudad de Naucalpan nace el 11 de Abril de 1953 Serafín Espinal Espinal, en el seno de una familia humilde, en una población retirada de la civilización, en donde la actividad primordial era la agricultura, la maquila y la mecánica de tráileres que atravesaban la carretera de México – Toluca. 

La infancia de Serafín fue la usual en aquella región, entre familias numerosas, había muchos niños, por lo que siempre estuvo rodeado de mucha gente con la que se entretenía, aunque desde pequeño dedicaba mucho tiempo a dibujar y a escribir, se encerraba en un cuartito en donde era su lugar creativo y pasaba mucho tiempo él solo. 

La música siempre le llamo la atención, desde muy chico veía como tocaban la guitarra en las calles de su colonia y quería aprender y fue en la secundaria cuando comenzó a juntarse con músicos que tocaban música tropical, en donde le dieron la oportunidad de tocar el güiro a lo que Serafín no se negó, pues estando dentro de la banda, sabía que aprendería bastante, su primer incursión en una banda fue en 1967. 

Fue en 1970 en donde debuta en un escenario con esta banda en un lugar al que llamaban el Batacha, en donde se juntaba con los músicos para que le enseñaran otros instrumentos y sobre todo que escribiera música. 

En 1971 el Festival de Avándaro lo cautivo, fue su primer encuentro con el rock, la guitarra eléctrica causo en Serafín una necesidad crónica por hacer música.

Después del festival el rock fue satanizado y Serafín tenía que esconderse para escuchar en una pequeña radio programas que pasaban a los Beatles, Led Zepelin o Rolling Stones, en donde reafirmaba su gusto por la música de rock. 

Fue entonces que en el barrio se comenzó a juntar con “Los Chatos” un grupo de Altamira en Naucalpan, con quienes comenzó a hacer música ya más pegada al rock y es aquí cuando decide dejar el CCH por completo para dedicarse a la música y componer rock. 

A los 19 años contrae matrimonio y con la familia en contra, comienza a construir el sueño de formar una banda de rock, en donde pueda tocar sus canciones, mismas que comienza a escribir en el mismo cuarto que la juventud, basado en personajes del barrio, a los que inventaba historias a partir de lo que veía de los mismos personajes que pasaban por su casa y que tenía cerca para inspirarse. 

El primer grupo lo forma con un guitarrista de nombre Ezequiel que comienza a enseñarle canciones de la época, como de los Three Souls in my mind y presenta en los discos a personajes como Ernesto de León, a quien Serafín comienza a admirar por su forma de tocar la guitarra y sobre todo por ser músicos mexicanos. 

Al poco tiempo Francisco, un militar que vive por su casa le enseña a Serafín la canción de “Nasty sex” de la Revolución de Emiliano Zapata y todas las mañanas antes de irse al trabajo, pasa por casa de Serafín para seguirle enseñando y perfeccionando su técnica, Francisco fue uno de los principales maestros musicales de Serafín. 

En una siguiente etapa El Sata, el huaraches y Serafín, forman otra banda que no tenía nombre y no tuvieron oportunidad de presentarse en público, pero ensayaban todos los días, ahí conocieron a José “El Foco” quien además los ayudo a conformar una pequeña base de equipo que ellos mismos hicieron a modo de amplificadores. 

La tía petra fue la primer banda en forma de Serafín, junto con los hermanos Mateo y Toño Leyva, en donde combinaban música original con algunos covers tropicales, de entre los que recuerdan como primeras canciones, “Como será la mujer” de Rigo Tovar. 

Era difícil ganarse la vida con la música, los apoyos eran nulos, tocaban mucho pero podían vivir poco, además transportarse, comprar los instrumentos, el costo de ensayar, entre otras muchas cosas se convertían en grandes retos para los músicos y más con los tiempos difíciles en donde la censura al rock era contundente. 

En Diciembre de 1991 David Arreola conocido en el medio del rock como “Vicentito”, quien había visto a Serafín porque eran vecinos y sabía que estaban en busca de oportunidades, los invita a una posada en un lugar al que denominan “El gallinero”, en donde se iban a presentar Haragán, Paco Gruexxo y Toño Lira, en donde también acaba tocando unas canciones de su autoría que llaman la atención de Octavio Aguilera quien también estaba en el lugar y cita para el siguiente año en su casa discográfica Discos y cintas Denver. 

Al principio del año Vicentito les consigue una presentación en un lugar en Naucalpan que le denominan “El Cabañas”, en donde por primera vez tocaran todas las canciones autoría de Serafín, conformando la banda Raúl Moreno en el bajo y Armando en la batería, siendo la primera vez que utilizan el nombre “Sam Sam”. 

Ya estando a punto de subir al escenario, los tres jóvenes estaban tan nerviosos que sentían que se desmayarían, de hecho Serafín ya se estaba arrepintiendo de la presentación y estaba a punto de dejar todo ahí tirado,  momento de comenzar la presentación, una extraña química se ocasiono entre la banda y las canciones, las cuales tuvieron que repetir un par de veces ya que el público las seguía pidiendo. 

Así fue cuando se realiza la cita con Octavio Aguilera, quien les pide que graben el primero disco, el cual se realiza en los estudios de la disquera y es en 1993 que se tiene listo El Reo, que le da un sonido particular que le da el sello a Sam Sam

Como por arte de magia el disco comienza a vender pero lo más interesante era ver la magia que causaba el vocalista y compositor, quien tenía una especie de mimetización con la gente que en el momento que se subía al escenario, envolvía con sus historias a todos, no importaba si eran punks o rockeros, la banda de Sam Sam era una especie de unificador de géneros, su gusto por el contar historias por medio de canciones se dejaba notar un apego por el barrio y por la banda, por esos personajes urbanos que existen en cada región y por ello el segundo disco “Envenenaron a mi perro” la urbanidad de las canciones era ya evidente. 

Siempre al entrar al estudio Serafín cargaba con una libreta en donde anotaba cambios de las canciones mismas que de pronto se convertían en otros temas para más canciones, siempre parecía que en el estudio la creatividad fluía y por esto siempre había una libreta y una pluma que daban para más material. 

En esta misma libreta a partir de esta grabación, Serafín comenzó también a dibujar a estos personajes que conformaban sus canciones, El reo número 10, fue su primer personaje, el cual es parte de la portada del disco, a lo que la casa discográfica acepto publicar, las portadas de Sam Sam en caricatura. 

Poco a poco las canciones “Anda borracho pancho” y “envenenaron a mi perro” llenaban las compilaciones de rock en el creciente mercado pirata, que era el que llevaba estas canciones a todo el país y fue así como la banda comenzó a girar en grandes Festivales junto con bandas como el TRI, Banda Bostik o Tex Tex, en pleno apogeo del rock nacional de mediados de los 90. 

Armando fue el primero en dejar la banda y Serafín conecta con Ricardo Rodríguez quien se va a la batería después de esta salida. 

Con esta inclusión Raúl Moreno comienza una rencilla con Serafín, que poco a poco va mellando su relación, las decisiones de la banda comienzan a ser un problema para la relación de ambos músicos y con la conciencia de que cada vez la imagen de Sam Sam se centra en el propio Serafín, Raúl termina por irse de la banda. 

Interesamente a Serafín le preocupaba porque ya eran varios años con la misma alineación y de alguna forma ya se habían ganado el respeto del publico tocando así, pero lo que no contaba es que el mismo era la imagen de la banda y el como emblema fue el que recibía el apoyo de la gente.

La banda sigue y Serafín a pesar de que tenía muchas tocadas y ventas significativas, a veces se las veía negras en cuestión económica, pues el cálculo de las regalías, no se veía tan jugosa como el a veces esperaba, lo que de pronto lo ponía en conflicto con el porvenir de la banda y hacia donde había que hacerse. 

El primer viaje a los Estados Unidos le da un respiro a Serafín, pues en principio irían solo por dos semanas y se quedaron más de un mes haciendo fechas, lo que alivianaba un poco la condición económica de la banda. 

Todo lo que pasaba alrededor del éxito de la banda, nunca le afecto o le movió el piso a Serafín, él estaba muy consciente de lo que era el escenario, el respeto que se merecía, lo que era la convivencia y lo que era el respeto al público, desde entonces, dedicaba el tiempo necesario a firmar autógrafos y a estar cerca de la gente, recibía regalos, recibía cartas, le hacían peticiones de canciones, lo seguían, se daba a querer, pues era un personaje que en verdad nunca iba en busca de problemas, siempre estaba en disposición, desafortunadamente eso era aprovechado por mucha gente para abusar de contratos o de pagos que nunca llegaron, pero que solo hacían que Serafín se pusiera más fuerte en la escena. 

Uno de los episodios más dramáticos en la vida de Serafín, fue en aquella tocada de Teoloyucan, en donde se daría un concierto de Sam Sam, como siempre con condiciones no óptimas para los aparatos, la lluvia no protegía las corrientes eléctricas del escenario, era una constante la mala planificación de la electricidad en los eventos, pero ya era casi inútil hablar al respecto y menos desde el lado del músico, pues era el menos escuchado por los promotores y “empresarios” a quienes lo único que importaba era tener llenos los lugares. 

Transcurrió la tarde en Teoloyucan, en donde la gente esperaba a los estelares, la lluvia no estaba fuerte pero no cesaba, como siempre los muchachos se conectaron y como siempre Serafín conecto su guitarra al amplificador, comenzó bien, tocaron la primer canción sin problema, con una banda que estaba eufórica, siempre pasaba lo mismo, cuando de pronto en una sincronía perfecta, la guitarra hace descarga eléctrica en conjunto con el micrófono que tocaban las manos de Serafín a lo que prosiguió una descarga eléctrica que sencillamente dejo en instantes en el piso al músico, haciendo que todo parara de una forma extraña, con una convulsión por la descarga, espantados los músicos, staff y la gente presente, intentaron hacer reaccionar a Serafín, a lo que no fue posible, lo subieron en la camioneta de la banda y se fueron al hospital más cercano, sin reacción, completamente en coma, Serafín llego al hospital en donde literal había perdido el pulso y murió por unos momentos, fueron cuatro días de sufrir, en una cama de hospital en estado de coma y con una familia en la angustia completa de no saber qué pasaría con la columna de la familia. 

Después de estos cuatro días, Serafín comenzó a tomar conciencia, con un estado de salud muy delicado comenzó a recobrar la vida, un personaje en el hospital, que le decía que era de Oaxaca, trabajo con él, algunos rituales de sanación, milenarias formas de atracción de energía, que este muchacho, de quien nunca se supo el nombre, pasaba por las noches por la cama de Serafín y aplicaba métodos de sanación y siempre le decía que confiara y que continuara. 

Fueron meses de mucha angustia, desesperación y sobre todo de desgaste de recursos, pues al encontrarse en estas condiciones no había trabajo, lo que hacía que Serafín se sintiera más responsable de la situación, lo que hacía más difícil la recuperación. 

Fue hasta finales del 2000 en que Sam Sam se pudo volver a presentar en los escenarios, la vida siguió y le dio oportunidad de seguir por ese rumbo del éxito y sobre todo de hacer canciones que perduran en el gusto del público, presentándose la oportunidad de presentarse en Ecuador por primera vez, a lo que evidentemente hacia que la banda se sintiera orgullosa de lo que había logrado hasta el momento. 

Comenzó la era del Internet y el declive de las compañías discográficas, la escena del rock poco a poco mejoraba las condiciones de las presentaciones y de la logística de escenarios y aparatos, Sam Sam, después de haber grabado “Grifito cantor”, un compilado de éxitos y “Pata de perro” las cosas para la banda parecían establecerse, era repetitivo ver a Serafín rodeado de personas haciendo colas por una foto, un autógrafo, para hacerle algún regalo, para estar con él, así de simple. 

La relación de Serafín con los demás músicos era de respeto, nunca se le vio echando bronca con nadie, al contrario, siempre era una buena oportunidad para saludar a los colegas, siempre dispuesto y siempre con esa idea del respeto al escenario. 

Después de presentarse en lugares como el Centro de Convenciones de Tlalnepantla, la Arena Ciudad de México, el Palacio de los Deportes, de haber tocado en casi toda la república mexicana, en los Estados Unidos, en Ecuador, etc.

Serafín Espinal anuncia en una entrevista de radio que su estado de salud es delicado, al principio los doctores le habían detectado un mal cardiaco, que hacía que la condición del músico fuera delicada, pero es en 2007 que se le diagnostica “Parkinson”, tal vez relacionada con la electrocución, son bastantes los factores que intervienen en el diagnóstico. 

Evidentemente es una enfermedad degenerativa y que ira incapacitando poco a poco al músico de Naucalpan, quien aprovecho cada momento para presentarse mientras podía, la música y el escenario le daban las fuerzas necesarias para seguir, verlo cantando con tanto ahínco era maravilloso, cada vez se convertían tocadas místicas las que realizaba Serafín Espinal junto a su banda Sam Sam

Fue a partir del 2012 que Serafín comienza a trabajar en la compilación de letras para un nuevo disco, la continuidad de los personajes que ya había capturado en todos los discos anteriores, el deterioro de su salud aun no era muy visible, pero internamente el músico debía estar en constante revisión médica. 

Fue precisamente este año cuando se le hace un homenaje en vida en el Centro de Convenciones de Tlalnepantla, un 15 de Septiembre en donde Serafín Espinal acompañado de su familia sube al escenario y agradece el apoyo incondicional de su banda, de su fiel banda. 

Serafín y Dany Ventura trabajaron más de un año en la composición y perfeccionamiento del disco, que a ambos tenía muy entusiasmados, pues hacía muchos años que no había un disco inédito de la banda, pero también iba deteriorando más la salud de Serafín y era notorio, los temblores ya no cesaban, su corazón vivía en riesgo, pues no nada más temblaba por fuera, sino que también los órganos sufrían estragos y se dañaban con el tiempo. 

Para Serafín la noticia del fallecimiento de Lalo Tex en Enero del 2016, fue un golpe muy fuerte para él, pues nadie esperaba que el muñeco se adelantara en el camino, fueron en verdad días muy tristes para el, además de que no pudo asistir a su despedida. 

Serafín Espinal Espinal se presentó por última vez en público el 1 de Mayo de 2017 en el Festival de los Monstruos del rock mexicano, en donde vio a su querida banda desde una silla. 

Los últimos meses de Serafín fueron supervisando a Moises, Tony, Dany, George y Giovanni, grabando el disco “El Brujo”, desde donde pasaba grandes momentos que hacían que se le olvidara su malestar. 

No había un solo día en que Serafín no hablara de su público, de su amor por el rock, de su legado, de lo que debía hacer Sam Sam para ser leyenda.

El 1 de Enero de 2017 el corazón de Serafín Espinal Espinal dejo de latir, una noticia que consterno a todo el gremio del rock nacional, pero lo impresionante fue el público que abarroto Naucalpan para darle el ultimo adiós a “Nachito” como lo conocían sus cercanos. 

Fue enterrado en el Panteón Las Lomas en su natal Naucalpan Estado de México, el día 2 de Enero de 2017 ante más de 2 mil personas que asistieron a su entierro. 

Sera recordado como un músico que siempre dio todo para el escenario y el público con canciones que solo querían mostrar a los personajes que Serafín vivía.