Enrique Montes Arellano

  • Rafa Martínez

Enrique Montes Arellano  conocido como “Pato” nace en el DF en el populoso barrio de la Moctezuma. Se volvió aficionado por influencia familiar a la buena música, llámese ésta bolero, mambo, chachachá, danzón y demás ritmos tropicales. Las orquestas de big band fueron determinantes para la buena escucha también. Maestros como Pérez Prado, Acerina y su danzonera,  La Sonora Santanera, La Matancera, Celia Cruz y todas las grandes estrellas cubanas del son fueron también la principal escuela de baile para él.

La posterior influencia del hermano mayor lo introdujo en el bajo mundo del rock donde los Beatles, los Rolling Stones y demás clásicos fueron la primaria musical del buen Pato. El rockabilly y el swing han sido fuertes influencias que también tomó a través del baile y los covers que desde sus años de secundaria tocaba. Ya en tiempos de bachillerato, la música  de trova desde Silvio Rodríguez, hasta  Aute pasando por los rupestres Rockdrigo González, Roberto González, Emilia  Almazán, entre muchos otros fueron la influencia determinante para empezar a componer en español.

Otros grupos españoles como “Radio Futura” o los argentinos “Los Abuelos de la nada” fueron la prueba real para Pato de que el rock y reggae en español sí se podía hacer. A la par, toda la música negra, el  Motown, el funk, se conjugaron para llevarlo derechito a Jamaica, vía Londres: el movimiento Two Tone, en donde nace su gusto por el movimiento ska.

El  cine mexicano también le dio a Pato las primeras lecciones de baile y música en un contexto bien familiar para èl, las vecindades, los barrios populosos, los viejos cines y carpas de variedades, los cabarets, los mercados y plazas públicas eran sus lugares donde transcurría su niñez. Así fue como “Resortes”, “Tin Tàn”, “Cantinflas”, Pedro Infante y Blanca Estela Pavón y la mismísima Tongolele entre otros fueron determinantes junto con don Manuel, el papá de PaTo, para descubrir la puerta de la calle, la entrada hacia los Pachucos.

En 1984 Choluís, del CCH Sur, y Pato Montes, del CCH Oriente, se conocieron en un taller de letras y canciones impartido por Roberto González en el Museo del Chopo. Un día, al terminar una clase, se quedaron tocando en la calle canciones de Rockdrigo González y fue el inicio de una colaboración entre ambos. Comenzaron a componer sus propias rolas y decidieron convocar a algunos músicos amigos para formar una nueva banda al comienzo de 1985. Choluís venía de tocar en el grupo Labios Azules, de donde invitó al baterista Demex.

Por su cuenta, Pato tenía un grupo con su compañero de escuela Fernando Moreno y su primo Felipe, guitarrista y bajista, respectivamente, aquí es cuando nace la banda Trolebús, que se distingue por sus canciones de crónica urbana con humor, aquí comienzan a trabajar al lado de bandas como Botellita de Jerez, Kerigma y un grupo de músicos nacientes para el movimiento de rock mexicano.

Tras la salida de Arturo Reyes Hagen “El Tiki” guitarrista de Maldita Vecindad, Pato es convocado a sustituirlo en el año 1988, después de varios discos con Trolebús, Pato acepta la invitación a unirse a la banda, pues la influencia musical e ideológica empata perfectamente con la búsqueda como músico y como artista.

A su entrada comienzan a trabajar en el disco de “El circo”, el cual les dio la apertura internacional e hizo que la banda estuviera de gira por más de tres años, en donde lograron abrir la brecha a grupos que encontraron un público en el extranjero.

Ha trabajado como ilustrador y dibujante en distintos medios, pero más que nada como retratista y rotulista para varios negocios ilustres de su barrio. Es aficionado a los carros viejos y su  apreciado “Cocodrilo” es parte de su familia y ha sido reconocido como un símbolo de la ciudad de México.

Tiene proyectos musicales propios como Los deskarriados o en algún momento con algunos de sus compañeros lanzaron “Malditos cocodrilos”.

También formó a principios del 2012 a "Los cromsdas" grupo de rockabilly con el  también se está presentando. Paralelamente está dando también talleres y realizando una investigación acerca del uso de la guitarra eléctrica en Latinoamérica.

En el 2021 compone y produce una canción en homenaje a Rita Guerrero, junto con compañeros musicales como Alfonso André de Caifanes, Rubén Albarrán de Café Tacvba, obviamente Roco, así como los músicos de Santa Sabina, una canción que se lanzó ese mismo año para conmemorar los 10 años de la partida de la cantante, un tema que lleva por título “Rita Bonita”.