Luis Román Ibarra

  • Rafa Martínez

Un 26 de Febrero de 1974 nace en la lagunilla en el corazón del Distrito Federal Luis Román Ibarra, en el seno de una familia tradicional, con un padre maduro con bastante edad para los hijos, quien también era músico como integrante del afamado “Trío Calavera”.

Luis estaba rodeado de discos y de música, su madre lo calmaba de bebe colocándole la guitarra cerca de un sillón, con el que se entretenía, por lo que el acercamiento a la música era infalible, su primer guitarra la obtuvo antes de que cumpliera un año.

Los tíos también eran muy musicales, uno de ellos tocaba los bongos, lo que le llamaba la atención al pequeño Luis que observaba a su padre y a sus familiares crear sonidos con estos instrumentos, lo que hizo que la curiosidad en música fuera desde temprano una de las cualidades de Luis.

Ya en la secundaria Luis tuvo acercamiento a música contemporánea de rock, entre ellos estaba Ritmo Peligroso, un grupo que combinaba ritmos latinos con una lírica profunda, además de tener también contacto con la música de  agrupaciones como la Banda Bostik que era como uno de los constantes en el barrio, como muchas otras que poco a poco fueron llegando a la vida de un espíritu curioso y sobre todo muy abierto a los diferentes géneros, la fusión de ritmos era algo que le inspiraba, basta saber que sus grandes inspiraciones musicales son Faith No More y Juan Gabriel.

Estando en la preparatoria número 9 de la UNAM conoce por azares del destino a algunos compañeros que estaban organizando un grupo, al que invitan a participar como guitarrista, compaginando inmediatamente con gustos musicales muy parecidos, además de estar en un mismo rumbo acerca de lo que querían hacer como banda, por lo que fue muy fácil acoplarse para componer e ir dándole identidad a esta nueva banda.

Gracias a la indisciplina del vocalista que se tenía en aquel momento, Luis comienza a sustituirlo hasta convertirse en la voz principal del grupo, evidentemente su buen oído le daba grandes atributos para ser muy entonado, además de tener un carisma nato que hacia conectar al público con la propuesta musical.

Así comenzaron a tocar en pequeñas fiestas, con los amigos que iban al ensayo y con la gente allegada a este grupo que comenzó siendo una banda de ska, que combinaba instrumentos clásicos de las bandas de rock, instrumentos de vientos y percusiones latinas, cosa que a finales de los años noventa ya estaban experimentando otras bandas que tenían como parte aguas el éxito que gestaba en aquel momento la Maldita vecindad y los hijos del quinto patio.

Al ser estudiante durante 1994, el surgimiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, fue para Luis algo que lo marco y que lo unió en ideología a sus compañeros musicales, pues esta lucha la sincretizaron en sus canciones, teniendo como plataforma el escenario y sobre todo los espacios estudiantiles para hacer que esta voz se escuchara con mayor contundencia en la juventud, teniendo muy presente que los medios de comunicación masivos no hablaban de todo lo que se plasmaba en los salones de clase, los mítines y los encuentros estudiantiles, por lo que fue una conexión inmediata con la misma comunidad universitaria que los acogió como parte de su pista sonora del movimiento.

Luis además siempre ha sido fan de los comics, los súper héroes y los personajes de ficción, es por ello que con el paso del tiempo decide construir el seudónimo de “Dr. Shenka” para poder separar al personaje vocalista de Panteón Rococó de Luis Román.

Las presentaciones en los espacios de la UNAM hacen que la banda comience a sonar con un demo en donde aparece la canción “La dosis perfecta”, que se convierte en una canción para conocedores, un himno del under que se expande rápidamente por la comunidad quienes además aprovechan el movimiento de huelga para utilizar los espacios para convertirlos en asambleas informativas en donde además había conciertos de bandas como Santa Sabina, Botellita de Jerez entre muchos otros.

Una de las históricas participaciones de la banda fue durante la huelga de la UNAM de 1999 en la puerta del reclusorio Norte, esta participación se vuelve histórica, pues un promotor que venía buscando a la banda de punk Atoxxxico para llevarlos a Alemania, los escucha tocar y decide llevárselos a ellos.

Además de la contagiosa música y del arraigo de la banda con el público, Dr. Shenka jugaba un gran papel como front man, pues intuitivamente sabia mover a su favor al monstro de mil cabezas, lo que le daba un toque de mucha profesionalidad a la banda, que desde el principio se hizo a la idea de que sería una agrupación importante para la escena.

Gracias al camino que Panteón Rococó fue conquistando con su trabajo, sus canciones, su presencia en Europa y sobre todo por la organización de cada uno de los integrantes de la banda, además de su manager, Alfredo Martell, quien había sido director de la estación de radio más importante en la ciudad de rock, Dr. Shenka se comenzó a dar a conocer como un vocalista versátil y sobre todo que gustaba de la fusión de ritmos, además de ser un músico bastante colaborativo con otras propuestas y es así como ha colaborado con un sinfín de artistas como Juan Gabriel, uno de sus ídolos, bandas independientes como AgaVBimba, Los superdupers, K-Ras citadinas, con compañeros de la escena del ska como Los korucos, Inspector, La matatena, bandas legendarias de rock como Banda Bostik, La gusana ciega, Liranroll, Ritmo Peligroso, artistas internacionales como Los Auténticos decadentes, Lila Downs, Ricardo Arjona, Los Caligaris, siendo uno de los vocalistas más solicitados para hacer duetos por su versatilidad en la voz, así como por su gusto por la combinación de ritmos sin prejuicios.

Ha participado en proyectos alternativos a Panteón Rococó, así como también ha realizado música en solitario como DJ, además de ser activista de varios proyectos, uno de los más activos en defensa del uso recreativo de la cannabis, en donde no solo ha participado con su música, sino también en el activismo y la difusión de la información, aprovechando la fuerza que tiene con los jóvenes y contribuir con una sociedad más consiente.

En el 2022 realiza un concierto en donde reúne en el Teatro Metropólitan a algunos de estos personajes con los que ha colaborado en un espectáculo al que llamo “Dr. Shenka and friends”, siendo una revisión en la carrera de las participaciones musicales que Luis Román ha tenido hasta el momento.