Espécimen presenta un espectáculo de primer mundo

  • Rafa Martínez

La banda asistente salio sorprendida y agradecida

El día llego, una multitud estaba formada desde temprano en la puerta de acceso del Ex Balneario Olímpico, pasadas las 11 de la mañana, ya comenzaba el problema de estacionamiento, muchos llegaron temprano a comprar boletos, pues se presentía que si cabía la posibilidad de que no alcanzaría lugar para ellos, además un par de camiones con banda de algunas provincias comenzaban a arribar para demostrar que este festejo por 30 años de Espécimen sería algo inolvidable.

La tocada comenzó, uno a uno comenzaron a tocar, blues boys, vomito nuclear, sam sam, isis, todos calentando motores, mientras el recinto se iba llenando de banda desde todas partes y por supuesto aludiendo a que este sería un gran festejo.

Sur 16 demostró ser una banda consolidada, con bastantes seguidores, fueron de los primeros momentos con mayor resuene en el foro, una a una coreaban las canciones, con la emoción que se iba sintiendo conforme las luces se iban prendiendo y la gran pantalla comenzaba a dar un poco de color.

Fue así cuando Charlie Monttana dio un show de esos que se aplauden, con mucha energía, con una entrega de esas que hacen que se te enchine la piel,  quien hizo un recorrido por sus éxitos, ahora si luciendo el escenario y las pantallas que daban ese plus a la excelente producción de JSC producciones, que marca ese regreso glorioso a grandes producciones.

Transmetal sirvió de preludio para dejar el ambiente arriba, con una puntualidad única, sincronizada, dejando todo listo para el toque final de la presentación.

Un juego de luces lasser, la pantalla central y un audio que presentaba una semblanza de 30 años de carrera, sumado a los gritos de un público que sencillamente hacia que la piel  se erizara, entre sombras y con un sampler que daba idea que comenzaría “Misa para muertos”, en el escenario Franky Money en la guitarra, Zito Martínez en el bajo, Edgar Drums en la batería y al fondo, con una impecable chamarra, en donde los picos y estoperoles brillaban, la silueta de un hombre alto, con sus grandes botas y un peinado de picos, maquillado, con una presencia brutal en el escenario, se acercó al micrófono para hacer el primer estruendo del público para comenzar el show.

Benny Rotten sincronizado, con las luces, un lasser que pintaba en el techo iconografías de Espécimen, la gente no sabía ni para donde voltear, la pantalla, los músicos, el slam, había mucho movimiento, las representaciones de zombies, monstruos, especímenes, que estaban a cargo de Garra producciones, una marca legendaria en producción de personajes y performances, hacían que cada momento de la presentación se hiciera única.

Explosiones, sonidos de fondo, frases de Benny, todo estaba inmerso, todo era parte del show, más de 6 mil almas inundaron el lugar y fueron parte de este show, que duro más de 2 horas, para ser exactos 24 canciones de todas las épocas, con una energía que es necesaria en el rock mexicano.

Era increíble ver la cara de todos los presentes, era por eso que el espectáculo estaba completo, ver al escenario, ver las luces, la pantalla, el slam, a todos los que dejaron vestigio en sus celulares, la misma luz que irradiaba de ellas.

Un evento que a voz de muchos seguidores fue “Esto fue el evento del puto año…” así, literal, contundente, un show que dejo claro que son 30 años de carrera, de una propuesta artística y que cuando se conjunta con una gran producción y que hay una comunión entre el productor, el artista y el público, pasa exactamente esto.

Espécimen agradeció a la banda por tantos años, por tantas generaciones y por tanto amor, un evento que deja un gran sabor de boca y un gran regreso de JSC Producciones, al frente de Juan Santos, a algo que le da el plus al rock mexicano.

Realmente pasaran varios días para que se salga de nuestra cabeza el haber vivido esta experiencia, algo muy acercado a lo que Julio Tamayo piensa cada vez que crea una canción o hace un disco. Fue una invitación a como lo ve el desde su imaginación, gracias Benny por dejarnos entrar a ese mundo.