Rodrigo Eduardo González Guzmán (Rockdrigo Gonzalez )

  • Rafa Martínez

Rodrigo Eduardo González Guzmán nació en la colonia Altavista, de Tampico, Tamaulipas, el 25 diciembre de 1950. Fue el segundo hijo del ingeniero naval Manuel Gonzáles Sámano y Angelica guzmán. Estudio en los colegios Federico Froebel y Félix de Jesús Rougier. Solía viajar con su papá por toda la Huasteca, teniendo sus sones como música de fondo. Comenzó a tocar la guitarra con sus amigos. Con Sergio Rodríguez aprendió a tocar blues. Al terminar la preparatoria, sus inclinaciones artísticas lo llevaron a participar en varios grupos de rock e incursionó en la actuación y la literatura.

Entró a estudiar psicología en la Universidad Veracruzana, en Xalapa, pero abandonó. En 1975 se trasladó a la Ciudad de México para buscar fortuna como artista<Mira, cabrón--- tendió la mano como para saludarte, pero en realidad era para despedirse y te ofreció un sobre que a querer o no ibas a tomar--, no puedes vivir hueco.

Ahí tienes un bolero de autobús para México. Y 500 pesos. Que te bendiga Dios y vete a mecatear allá solo. Cuando seas hombre de bien, regresas. >

Quedó impactado al llegar a la ciudad y pronto se integró a la energía que ésta generaba, a su gente y su dinámica imparable, algo muy distinto a lo que estaba acostumbrando en Tampico. Vivió en un departamento de mala muerte en la calle de Rio Tíber, en la colonia Cuauhtémoc. Al comienzo se ganó la vida como músico callejero y tocando boleros en cantinas. En 1976, junto a su paisano Gonzalo Rodríguez, comenzó a tocar temas de canto nuevo; incluso llegaron a presentarse en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con algunos temas originales. La coincidencia en la simetría de sus nombres no dejó de ser motivo de bromas, mismas que los hermanaron. De los temas que solían tocar, existen unas grabaciones caseras inéditas hechas entre 1976 y 1977 y que actualmente están en posesión de la viuda de Gonzalo.

Tras un breve regreso a Tampico, Rodrigo trabajó con su padre en un astillero y conoció a Mireya Escalante, con quien tuvo una hija en 1979, a la que llamaron Amanda Lalena. Rodrigo regresó a la capital y comenzó una relación con Françoise Bardinet, poniendo distancia con Mireya y su hija. Después de un tiempo, se acercó a su pequeña. En la actualidad, ella ha manifestado recordarlo como un padre dulce y amoroso.

Rodrigo viajó a la tierra de su nueva pareja, Normandia, Francia, donde pasó seis meses. Durante su paso por París, Rodrigo tuvo la oportunidad de ver a su ídolo Bob Dylan, quedando fascinado, , manifestó entonces. Asiduo lector de Foucault, Molieré, Fromm, Goethe, Quevedo, Freud, Espronceda y otros, se convenció de que tenía que crear a .

A partir de 1980 comenzó a interpretar sus canciones armando de su guitarra y un arnés para su armónica, al estilo de Dylan, convirtiéndose así en un trovador urbano, un cronista de la ciudad. La poesía de sus letras involucraba elementos de picardía, realidad, humanidad y crítica al sistema establecido. Sus canciones también implicaban una búsqueda espiritual como una forma de abordar la soledad colectiva del hombre contemporáneo.

Comenzó a trabajar en el Wendy s Pub  de la glorieta de Insurgentes, alterando con Javier Bátiz. Ahí conoció al grupo Dama, que con el tiempo se convirtió en Heavy Nopal y con quienes estableció una gran amistad. En ese lugar lo escuchó el escritor de La Onda, José Agustín, quien escribió sobre él en el periódico Unomásuno.  Rockdrigo comenzaba a captar la atención a partir de su trabajo, que en la definición de Agustín era:

Para 1981 había surgido una serie de cantautores con influencias de folk y rock que daban gran importancia al contenido de sus líricas. Quitando algunas pocas excepciones, el rock mexicano carecía hasta entonces de buenas letras. Fue alrededor de una serie de actividades artísticas multidisciplinarias realizadas en el Foro Tlalpan, lugar fundado y dirigido por Sergio García Michel, que músicos como Fausto Arrellín, Cecilia Toussaint, Maru Enríquez, Roberto Ponce, Nina Galindo, José Cruz y Roberto Gonzáles comenzaron a organizar ciclos, como el llamado Sólo los viernes, a los cuales Rockdrigo se integró. Ellos se rebelaban ante la idea de separar la canción roquera de otro tipo de canciones populares. ¿Por qué negar a Violeta Parra si también les gustaba Tom Waits? Ahí se comenzó a crear un discurso contracultural propio. 

Ya en 1982 Jaime López, junto al saxofonista Alain Derbez, habían organizado las llamadas Jornadas de la Creación Rupestres en el Centro Cultural Ollin Yoliztli y, en 1983, el mismo Jaime presentó unos sketchs con algunos textos de Alejandro de la Garza titulados El poeta rupestre. En cierta ocasión, Jaime me contó personalmente que bromeaba con Rockdrigo diciéndole que era un músico rupestre Más allá de bromas, a Rockdrigo le gustó el término. Así que en 1984 se organizó con Roberto Gonzáles, Nina Galindo, Eblén Macari, Rafael Catana, Fausto Arrellín y Roberto Ponce para formar el Colectivo Rupestre, para el que escribió un manifiesto:

No es que los rupestres se hayan escapado del antiguo Museo de Ciencias Naturales ni mucho menos del de Antropología, o que hayan llegado de los cerros escondidos en un camión lleno de gallinas y frijoles. Se trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquello que no trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos ni tienen voz de tener ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética, o (lo peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de sintes y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que les ponga enfrente. Han tenido que encuerarse en sus propias alcantarillas de concreto y en muchas ocasiones quedarse como el chinito ante la cultura: nomás milando. Los rupestres por lo general son sencillos, no lo hacen mucho de tos con tantos chango y faramalla como acostumbran los no rupestres, pero tienen tanto que proponer con sus guitarras de palo y sus voces acabadas de salir del ron… son poetas y locochones, rocanroleros y trovadores, simples y elaborados. Gustan de la fantasía, le mientan la madre a lo cotidiano, tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio.

 

Ya organizados, hicieron el 2° Festival de la Canción Rupestre, en 1984, realizado en el Museo del Chopo, entonces dirigido por Ángeles Mastretta. Fue así como el colectivo tomó fuerza, sumándose unos y deslindándose otros.

Paralelamente, en ese año Javier Batíz invitó a Rockdrigo a cantar el tema <Blowin’ in The Wind>, de Bob Dylan, en su disco Radiocomplacencias.

Rockdrigo, El Profeta del Nopal, como también de le decía, comenzó a ser un artista muy querido por un público conformado por jóvenes marginales, por , ese público que había mantenido vivo el rock en la periferia, que ahora también se identificaba con unas letras que hablaban se su propia realidad.

En 1984, por intermediación de Roberto Ponce, Rockdrigo conoció a Jorge Pantoja, nuevo director del Museo del Chopo. Poco después, le propuso que lo representara y aceptó. Le organizó un par de conciertos en el museo, alterando con Botellita de Jerez y Álex Lora . Crearon el grupo Quál, junto a Fausto Arrellín, Francisco Acevedo y Adrián Gasca. El nombre era el mismo del gato que Rockdrigo dejó en Tampico. A partir de ahí alternó sus presentaciones con el grupo con las que hacía él con su guitarra. Fue invitado al programa Dos hasta la media noche, de Radio Mexiquense. Existe en la actualidad una grabación de dicha sesión que circula como bootleg (grabación no oficial) en las redes.

En 1985 editó un casete de manera independiente con el título Hurbanistorias, que contuvo los temas , , , <Estación del metro Balderas>, y , entre otras.

Para entonces, Jorge Pantoja había dejado la dirección del Museo del Chopo y le consiguió una seria de presentaciones en diversos foros, bajo el patrocinio del Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA), y en el Festival del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), en el Palacio de los Deportes.

Álex Lora tomó la canción de <Estación del metro Balderas> para incluirla en el primer disco de El Tri, conocido como Simplemente, modificado el título y la letra sin consentimiento de Rockdrigo. Por esta razón los créditos del tema mutilado, , de El Tri, aparecieron como coautoría de Rodrigo González y Alejandro Lora. En las entrevistas que ambos dieron posteriormente fueron ambiguos en cuanto a si había una disputado o no por lo sucedido.

Botellita de Jerez de igual forma rinde un homenaje en vida incluyendo el tema "Asalto Chido" en el disco "Naco es Chido" uno de los discos ue marca el rumbo del rock mexicano contemporaneo. 

Ese 1985 Rockdrigo estableció negociaciones con la discográfica WEA, por la intermediación de Pepe Návar, representante de Chac Mool. Rafa Salgado, armoniquista de El Tri, los presentó en ciertas ocasiones. Tras algunos encuentros en el Tianguis del Chopo y durante una plática en un restaurante de la colonia Tabacalera, acordaron llevar a la discográfica un demo con 67 canciones, entre temas inéditos y rarezas.

Sin embargo, la grabación del disco no se concretó Un terremoto sorprendió a la Ciudad de México el jueves 19 de septiembre a las 7:19 de la mañana. El edificio done vivía Rockdrigo y su pareja, Françoise Bardinet, en Bruselas 8, colonia Juárez, se derrumbó, quitándoles la vida. Tres días antes, tocó en un baile en el Salón Colonia, alternado con Javier Bátiz, con motivo del primer aniversario del periódico La Jornada. El fotógrafo Fabricio León le hizo entonces, sin saber, su último estudio fotográfico.

Su paisano y amigo Gonzalo Rodríguez acudió al lugar del derrumbe y fue quien rescató y reconoció los cuerpos de Rockdrigo y Françoise. Návar, al ver que no le contestaba sus llamadas, fue en bicicleta a la calle de Bruselas y se enteró entonces del terrible desenlace. Pudo platicar con el padre de Rockdrigo, mismo que le exigió le entregara las grabaciones que le había dado su hijo para explotarlas él. Návar se negó, alegando que mientras no hubiera certeza jurídica de quién podía reclamar los derechos de esas canciones, no podía entregárselas. Desde ese momento, hasta hoy, han quedado en su resguardo. Rockdrigo fue velado y enterrado en su natal Tampico.

Tras la muerte de Rockdrigo , Mireya Escalante organizó, en los siguientes años, homenajes cada 19 de septiembre en el sitio donde se derrumbó su edificio.

Sus compañeros rupestres crearon la asociación civil Rancho Electrónico, con la finalidad de juntar y editar su obra, así como recaudar sus regalías para un fideicomiso que serviría para contribuir a la educación de su hija Amada Lalena, escritora y compositora, conocida Amadititita. Sin embargo, según declaraciones recientes de Amanda, quien recibe los beneficios de la obra de Rockdrigo en su tía Genoveva González.

Todavía durante 1985 se editó, postmortem, El Profeta de Nopal, en Discos Pentagrama, que incluye temas inéditos a partir de grabaciones caseras. El criterio para elegir las canciones de este disco fue que contuvieran la temática de la fusión del campo y la ciudad y el desgarramiento cotidiano. El disco Hurbanistorias se reeditó en 1986, también por Discos Pentagrama.

Le siguió Aventuras en el DeFe , de 1989, con temas inéditos, provenientes de dos grabaciones rudimentarias, una en vivo en el Café Arte-Sanos, de la ciudad de Aguascalientes en 1984, y otra hecha en su casa , en 1982. La selección y remasterización de éstas estuvieron a cargo de Fausto Arrellín. También existe un bootleg de la grabación del concierto completo en Aguascalientes en el café Arte-Sanos que circula en la red.

En 1992 Pentagrama editó el cuarto disco de Rockdrigo, No estoy loco, a partir de grabaciones hechas entre 1984 y 1985, remasterizado por Fausto.

En 2011 se desveló en el metro Balderas una placa conmemorativa y una estatua de Rockdrigo.

Al tener un talento genuino y morir joven, Rockdrigo se convirtió en un punto de referencias y un parteaguas para el rock nacional. Desde entonces ha crecido el mito alrededor de su figura .Sus temas han sido interpretados por diversos artistas, como Quál, Dama-Heavy Nopal, Nina Galindo, Botellita de Jerez Follaje, El Tri y El Gran Silencio,Santa Sabina, entre muchos

Rockdrigo salió en las películas Un toke de roc (1984), de Sergio García Michel, y ¿Cómo ves? (1985), de Paul Leduc. Se han hecho los documentales Rockdrigo a diez años/ ¿Por qué no me las prestas? (1985), de Sergio García Michel; Rockdrigo, la ciudad del recuerdo, la ciudad del recuerdo, de Alejandro Ramírez, y No tuvo tiempo, la hurbanistoria de Rockdrigo (2004), de Rafael Montero.

Entre las muchas publicaciones que hacen referencia a Rodrigo está: Rockdrigo González. Tiempos de Híbridos/ El sacerdote Rupestre (2015), que incluye textos de Nora de la Cruz, Alejandro Arteaga, Silvia Aguilar, Zéleny, Jesús Vicente García, Brenda Ríos, Armando Vega- Gil y Amanda Lalena González.

José Xavier Návar no ha sacado las grabaciones que le dio Rockdrigo por considerar que implican un riesgo al editarlas, mientras los familiares del músico aleguen ser los albaceas de ese material. Návar considera que la heredera de esos demos tiene que ser Amanda Lalena.

 

Fuente: “60 años de rock mexicano” – González, Rafael

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